Islas Azores - Sao Miguel


Teníamos una espinita clavada que se llamaba Azores. El verano pasado tuvimos una mala experiencia con TAP Portugal, compañía aérea que no os recomendamos, ya que nos dejaron sin vacaciones y aún estamos esperando a que nos devuelvan parte de los gastos. 

Así que con el fin de no romper las tradiciones y viajar a una isla antes de Navidad, volvimos a intentarlo, pero esta vez con Vueling hasta Lisboa y Ryanair hasta Ponta Delgada.

Si optáis por estos vuelos, os recomiendo cogerlos espaciados, es decir que lleguéis por la mañana a Lisboa y salgáis en el ultimo hacia Ponta Delgada, así os da tiempo a pasear por las calles de Lisboa y probar los pasteles de Belem. De la misma manera a la vuelta cogimos un vuelo temprano y en el aeropuerto de Lisboa alquilamos un coche, fuimos a visitar Sintra y sus alrededores y nos encantó, el vuelo de vuelta a Barcelona llegó a medianoche.

Como ya sabréis las Islas Azores son un archipiélago portugués que se encuentra en el Atlántico. Su clima es templado y esto quiere decir templado, osea, no os imaginéis que va a ser como las Islas Canarias, porque está bastante más al norte. Fuimos en diciembre y usamos pantalones largos y chaquetas no muy gruesas pero si cortavientos y chubasquero. Nos hicieron días nublados y no pudimos bañarnos en ninguna playa porque el mar estaba muy movido. De todas formas no os olvidéis el bañador, porque hay unas piscinas termales donde sí podréis daros un bañito muy agradable.

No sé como será en verano, pero me imagino que habrá mosquitos, porque había mucha humedad y los bosques eran muy frondosos, había mucha vegetación y seguro que los bichitos salen en verano. Así que no os olvidéis el antimosquitos y la crema solar.

El aeropuerto de Ponta Delgada está a 5 minutos en coche del centro de la ciudad. La isla de San Miguel tiene casi 745km2 y una población de casi 140.000 habitantes. El pico más alto es Pico da Vara (1.105m) para subirlo hay que pedir permiso. La moneda es el euro y son 2 horas menos que en Barcelona. Los enchufes son como los de aquí. Corriente 220V. Elegimos la compañía de alquiler local Ilha Verde, pero fijaos bien, porque aplican cargos adicionales como el de limpieza o entregar el coche fuera de horas.

El hotel (Casa  do Jardim) que escogimos no valía lo que costaba, no era caro, pero en esa temporada había hoteles mucho mejores por el mismo precio. Lo bonito es que se encontraba dentro del jardín botánico de Punta Delgada, en el cual podías aparcar sin problema y pasear entre árboles centenarios. 

Pinchando aquí podréis leer nuestra visita relámpago a Lisboa aprovechando la escala. El vuelo hacia Ponta Delgada llegó a media noche, cogimos el coche de alquiler y nos dirigimos al hotel, al que llegamos en menos de 10 minutos. Nos fuimos directos a dormir y al día siguiente después de desayunar y viendo que el tiempo no acompañaba mucho, decidimos conducir y bajarnos a ver lo que nos permitiera la lluvia y el viento. 

Así que nuestro primer día lo dedicamos básicamente a hacer una ruta en coche por el oeste de la isla. Visitando Sete cidades donde se puede hacer alguna excursión si el tiempo lo permite siguiendo el sendero señalizado PR3SMI, nos paramos en el Miradouro Vista do Rei, Miradouro boca do inferno y mirador Cumeeiras. Pisamos sin quitarnos los zapatos la playa de arena negra y los Acantilados ponta ferraria. También vimos las piscinas naturales de Mosteiros aunque sin ganas de bañarnos con aquel enfurecido mar.


Caldeira Sete Cidades

Caldeira Sete Cidades














Caldeira Sete Cidades desde Miradouro das Cumeeiras
Dicen que en días claros los lagos de esta Caldeira se ven claramente separados y de diferente color. Nosotros no tuvimos suerte con el clima, así que estas son las vistas que os podemos ofrecer. La naturaleza es así.
Caldeira Sete Cidades desde Cumeeiras

Miradouro das Cumeeiras

Miradouro das Cumeeiras

Mosteiros
Miradouro escalvado
Faja dos Mosteiros





























Morro Capelas

Ponta Delgada


Por la noche salimos a cenar por Ponta Delgada que estaba iluminada con decoración navideña.
Nos fuimos a dormir pronto y con el tiempo un poquito más amable esperando poder salir un poco más del coche al día siguiente.















Preparados para aprovechar el día soleado, nos calzamos nuestras botas y mochila y a caminar, por el sendero PRC2SMI hacia Lagoa do Fogo. Una bonita excursión entre espesa vegetación, con vistas al mar y al lago, el camino discurre casi todo entre árboles y muchas plantas diferentes y junto a una levada (construcción para llevar agua) que nos recordó a nuestro viaje a Madeira.









Al acabar la excursión cogimos el coche hacia la localidad de Furnas, que tiene junto a sus casas bastantes Caldeiras activas. El agua caliente procedente del interior de la tierra sube desprende bastante calor. 















Comimos en el restaurante Caldeiras e Volçaos. No os perdáis el cocido o cualquier comida típica de allí cocinada en las Caldeiras, que son unos agujeros en el suelo en el que el agua hirviendo que proviene de los volcanes calienta los calderos durante horas para cocinar por encargo de los restaurantes.


A la zona del lago y los caldeiros se puede acceder pagando una entrada simbólica de 2 euros. Así que después de comer fuimos a pasear junto al lago y no puedo describiros mi sorpresa al oler el cocido mientras se cocinaba bajo el suelo a mis pies. Experiencia irrepetible.

Caldeiras del lago Furnas

Lago Furnas

Salto do Cabrito
El cuarto día escogimos una excursión para visitar la cascada Salto Cabrito. Es una excursión entretenida para hacer en una mañana. La cascada no es espectacular pero el lugar es interesante.



El vapor del agua se escapa hacia la superficie





De vuelta paramos en Caldeiras da Ribeira Grande, comimos en restaurantes Caldeiras, como no, comida cocinada con el calor de la tierra, algo que se convierte en lo normal en esa isla, pero que a mi no dejaba de sorprenderme.




Algunos carteles que encontramos en el camino
Después de comer hicimos algunas compras y cogimos el coche para seguir con nuestra ruta, nos paramos en el faro de ponta Cintrao que nos regaló unas hermosas vistas











Para acabar el día perfecto cogimos nuestros bañadores y nos dispusimos a probar el calor de esas aguas en nuestros propios cuerpos en las Termas de Caldeira Velha, reserva de la biosfera, que se trata de una serie pozas termales en las que por un módico precio (8 euros por persona) puedes disfrutar del paraíso termal en las Azores.
















El último día en Sao Miguel visitamos la Costa Oeste. Hicimos una excursión para ver Salto do Prego y Cagarrao, siguiendo el sendero PRC9SMI.








Comimos en Povoaçao, una fantástica Pizza casera y unos postres deliciosos, luego hicimos la Ruta de los miradores Oeste pasando por los famosos Ponta Sossego y Da Madrugada.




El día 6 nos levantamos muy temprano para ir al aeropuerto y cogimos nuestro vuelo a Lisboa. Como teníamos muchas horas de escala, decidimos visitar SINTRA en coche de alquiler. Y a última hora cogimos nuestro vuelo de vuelta a casa.

Hasta pronto Portugal! Moito obrigado!

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